sábado, 12 de octubre de 2013

Menuda cuentísta

Como muchos sabréis, esta semana han otorgado el Premio Nobel de Literatura a Alice Munro, autora que conocí gracias a Clara Obligado. Como otros tantos.

Ni mucho menos me considero una crítica literaria ni pretendo serlo, me queda muchísimo por aprender y leer; pero os recomiendo sus libros. No os debéis dejar engañar por su actual aspecto de abuelita adorable. Sus textos son duros, muchas veces trágicos. Complejos pero a la vez con un lenguaje sencillo, requieren de una lectura atenta para sacar la esencia, y eso no es fácil. Aún así, enganchan.

Me he alegrado mucho de este premio por varias razones. 

Primero, porque durante el curso pasado estudiamos, hablamos y debatimos bastante sobre uno de sus cuentos: “Dimensiones” que forma parte del libro “Demasiada felicidad”. Así que Alice Munro para mí era como de la familia

Segundo, porque, por desgracia, los premios parece que están reservados al género masculino. En España, no hace falta más que echar un vistazo a la lista de galardonados con el Cervantes o el Nacional de Literatura. 

Tercero, porque es un premio al cuento, ese género que algunos pueden definir como de segundo orden. Por contra, debido a su espacio limitado, tiene que ser preciso. Debe contar y hacerlo bien, enganchar al lector desde el principio. ¿Cuántas veces nos encontramos que una novela no empieza a cobrar interés hasta la página cincuenta o más? Eso sería impensable en un cuento, entre otras cosas porque su longitud total no llegaría a esas cincuenta páginas.

Los cuentistas están (estamos, con modestia) de enhorabuena.