jueves, 27 de septiembre de 2012

El día de la marmota


Seguro que os acordáis de la película “Atrapado en el tiempo”. Un meteorólogo (Bill Murray) y una redactora de un medio de comunicación (Andie McDowell) acuden al pueblo estadounidense de Punxsutaney para retransmitir el comportamiento de una marmota al salir de su madriguera. Según la cultura popular , si la marmota no ve su sombra, al tratarse de un día nublado, dejará la madriguera , lo cual significa que el invierno terminará pronto. Por el contrario, si se trata de un día soleado, la marmota verá su sombra, de modo que volverá a la madriguera y el invierno se alargará por seis semanas más. Por circunstancias ajenas a su voluntad, meteorólogo y redactora tendrán que pasar la noche en el pueblo, y a la mañana siguiente reviven el mismo día, y así un día tras otro.

Después de esta película, cuando alguien dice: “esto es como el día de la marmota”, y yo lo suelo decir bastante, todos sabemos lo que significa.

Pues bien, yo tengo mi particular “día de la marmota” todas las mañanas.

Parte del recorrido hacia mi trabajo lo hago en coche. Para vivir en Madrid tengo que decir que, salvo en contadas ocasiones, no sufro demasiados atascos. Pero hay un acceso  a una de las carreteras principales en el que sí que me encuentro con un pequeño embotellamiento. Lo sobrellevo bastante bien porque normalmente no tardo más de cinco minutos en salir de él. Además soy una persona bastante tranquila al volante, no me sulfuro, ni toco el claxon, ni me enfado, ni me pico con nadie, ni nada por el estilo. Estoy con mi música tan tranquila.

Aún así, esos cinco minutos sacan lo peor de mí. ¿Por qué? Porque siempre hay unos listooossss y listaaasss que para no padecer lo que el resto de los mortales avanzan delante de mis narices por el arcén. Los veo acercarse por el retrovisor derecho. Cuando pasa el primero comienzo con la letanía :” , al rato el segundo,”, el tercero.... Al mismo tiempo mi imaginación se dispara. Pienso que no hubiese estado mal colocar la noche anterior una banda de clavos de esas que pinchan las ruedas. De modo que cuando me adelantasen, con esa sonrisita de superioridad y pensando que todos los que estamos esperando pacientemente no somos más que unos prigandos, la pudiera activar. "Ploff..ploff..ploff..ploff”...”¡¡¡Qué penaaa!!!... se te han pinchado las cuatro ruedas”.

Los días que me levanto de peor humor llega un momento el que que ya no aguanto más, así que en cuanto puedo desplazo mi coche hacia la derecha y me pongo en medio del arcén para que no puedan seguir pasando. ¿Y qué es lo que pasa entonces? ¡¡¡Que me pitan!!! ¡¡¡Pero tendrán poca vergüenza!!! Arrrgggg!!!!

Desde luego de lo que carecen estas personas es de la empatía que hablaba el post de hace unas semanas.


martes, 25 de septiembre de 2012

Cual mariposas


Es curioso. El vuelo de las mariposas. ¿Os habéis fijado con detenimiento alguna vez? Mueven sus alas de forma compulsiva, parece que lo hicieran de manera atolondrada. No sabiendo muy bien a dónde ir. Pero aún, con su indeciso vuelo, llegan al destino.

A veces nosotros también parecemos mariposas atolondradas. Sin rumbo fijo. ¿Sabíais que las antenas les sirven de balancín mientras vuelan para no caer en picado? Nosotros también necesitamos encontrar nuestras “antenas” que nos sirvan, como a los acróbatas, para mantener el equilibrio en los vuelos más turbulentos.

Casi todos estamos atravesando tiempos convulsos que, cual mariposas acróbatas, bandeamos lo mejor que podemos, sabemos y nos dejan. Pero siempre teniendo presente, como dice la letra “Los días raros” de Vetusta Morla, que “...nos quedan muchos más regalos por abrir, monedas que al girar descubran un perfil...”



(Gracias a quién me descubrió este grupo y sus letras)



lunes, 17 de septiembre de 2012

Sabina & Safier


Acabo de terminar de leer “Yo, mí, me...contigo” del alemán David Safier. Muy divertido y recomendable. Anteriormente , en 2009 , publicó en España “Maldito karma” con bastante éxito de ventas. A decir verdad, yo, ni me enteré.

Hasta que no he terminado de leer el libro, no he caído en la cuenta de que ese es el título, también, de un álbum de Joaquín Sabina que salió a la luz en el año 1995. Al igual que con el primer libro de Safier, tampoco me enteré. Esta coincidencia, me ha hecho pensar que mí relación con la lectura y con el cantante es muy similar.

Este libro es el primero que leo de seguido desde hace bastante tiempo. Y cuando digo de seguido, me refiero a que todos los días le he dedicado, al menos, unos minutos. Mi afición por la lectura siempre ha sido discontinua. Paso temporadas en las que devoro un libro tras otro, y otras en las que no leo nada de nada. Eso sí, comprar sigo comprando, aunque no los lea inmediatamente. Se quedan en la estantería, durmiendo el sueño de los justos esperando su momento, que al final siempre llega, aunque no se sabe cuando.

Con Joaquín Sabina me pasa exactamente lo mismo. Cuando en su día, a mediados de los años ochenta, empezaba a despuntar y a ser un cantautor de éxito, a mí no me gustaba en absoluto. Sus canciones me parecían tristes y aburridas. Pasaron años, muchos, hasta que empecé a apreciar sus canciones, no tanto la música como las letras. Ahora lo escucho, pero como la lectura, de forma discontinua.

Esta semana actúa, junto a Joan Manuel Serrat, en el Palacio de los Deportes de Madrid. Así que como estoy en temporada alta de Joaquín, allá que iré.

(Mientras escribía este post, me he dado cuenta que el apellido de ambos tiene la misma cantidad de letras, y para más coincidencia las dos primeras y la cuarta son las mismas...¡qué cosas!)  

martes, 11 de septiembre de 2012

Más Curiosity en el planeta Tierra



Desde que el día 6 de agosto aterrizara en Marte el Curiosity, me encuentro cada semana algún artículo contando los avances del famoso rover, que de momento se reduce a enviar fotografías. Y siempre me pregunto lo mismo: ¿Para qué vale que se esté dando una vuelta por aquellos lares? 

¿Qué investigaciones cruciales para la humanidad se van a llevar a cabo? ¿Qué descubrimientos revolucionarios nos esperan? He estado informándome en Internet. Lo único que me ha quedado claro es que, a parte de realizar análisis químicos sobre la composición de la corteza planetaria, el principal objetivo es intentar llegar a la conclusión de si alguna vez hubo vida, o incluso, si puede seguir habiéndola. 

Los 2.500 millones de dólares de financiación que se han destinado a la misión, digo yo si no se podrían haber dedicado a misiones más humanas, en lugares mucho más cercanos y que, por descontado, reportarían más beneficios al conjunto de los terrícolas. Financiar la investigación para  encontrar , por fin, la vacuna del SIDA o de la malaria, o para que el cáncer pueda llegar a ser una enfermedad curable al 100%, o para que las energías renovables sean un hecho y desbanquen por fin a las limitadas energías fósiles. Invertir en proyectos de cooperación en los países más desfavorecidos. Estudiar los fondos marinos, ese gran desconocido, del cual se puede obtener muchos beneficios, etc... Se me ocurren cientos, miles de proyectos.

¿No tenemos ya suficientes objetivos en este nuestro planeta? Planeta en el que sí hay vida.


viernes, 7 de septiembre de 2012

Se ruega empatía


A veces me pregunto como hay personas que se pueden ir a la cama y dormir tan tranquilos. 

Y no hablo de los grandes malignos de la historia, como Adolf Hitler, o de los que vemos en las noticias de vez en cuando. ¡Qué va! Hablo de los "pequeños hiltlers” que nos rodean, que no matan a nadie pero causan dolor, o lo pretenden. 

Los hay que van de frente y se les ve el plumero enseguida. Lo mejor, salir huyendo en dirección contraria, si se puede, que no siempre es así. Hay otros, en cambio, que permanecen agazapados, sin dar muestras claras de su verdadera identidad y que un día, cuando menos te lo esperas...¡zas!... se retratan. Y tú te quedas con cara de gilipollas diciendo : “¿Cómoooo?”

Trastornos mentales a parte, lo que les ocurre a esta clase de personas es que tienen una ausencia total de empatía, que normalmente va unida a un egocentrismo desmesurado...vamos, que se junta el hambre con las ganas de comer. 

La empatía es una de las claves para una buena relación interpersonal, saber ponerse en la situación del otro. El ejercicio de ser empático no es tan sencillo, cuesta. Pero hay que intentarlo siempre. Cada vez. Salir por un momento de ti mismo, de tus intereses, y pensar en el otro , en los otros. 

El problema está cuando ni siquiera se intenta. Cuando el otro ni siquiera existe.


domingo, 2 de septiembre de 2012

He visto


“He visto más estrellas de las que jamás imaginé ver.
He visto las estrellas que la luz cegadora no deja ver.
He sentido la triste felicidad, y la feliz tristeza.

Me he dormido con la sonrisa, con la mirada
de un crío en la retina, por el simple y trivial gesto
de acercar mi mano y unirla a la suya.

He compartido la ilusión de la gente por mostrar
una cultura tan diferente a la nuestra, tan de verdad,
que deberían ser la misma.

He visto la felicidad reflejada en nuestros rostros,
en el tuyo.

He visto tu luz, y me he imaginado lo que podría ser
si otra luz no cegara.”