Es curioso. El vuelo de
las mariposas. ¿Os habéis fijado con detenimiento alguna vez?
Mueven sus alas de forma compulsiva, parece que lo hicieran de
manera atolondrada. No sabiendo muy bien a dónde ir. Pero aún, con
su indeciso vuelo, llegan al destino.
A veces nosotros también
parecemos mariposas atolondradas. Sin rumbo fijo. ¿Sabíais que las
antenas les sirven de balancín mientras vuelan para no caer en
picado? Nosotros también necesitamos encontrar nuestras “antenas”
que nos sirvan, como a los acróbatas, para mantener el equilibrio en
los vuelos más turbulentos.
Casi todos estamos
atravesando tiempos convulsos que, cual mariposas acróbatas, bandeamos lo mejor que podemos, sabemos y nos dejan. Pero siempre
teniendo presente, como dice la letra “Los días raros” de
Vetusta Morla, que “...nos quedan muchos más regalos por abrir,
monedas que al girar descubran un perfil...”
(Gracias a quién me descubrió este grupo y sus letras)

Precisamnente hoy, que es cuando he leído este escrito,estoy en uno de esos vuelos turbulentos cerca de caer en picado....Muchísimas gracias por esta "antena",Cris,me ha venido muy bien para recuperar el equlibrio.
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