En mi reciente faceta melómana y gracias a P., que siempre me surte de
sus sabios consejos al respecto, he descubierto a Vetusta Morla. El año pasado
no pude asistir al concierto que ofrecieron junto a la Orquesta
Sinfónica de la Región de Murcia en el Teatro Price de Madrid. Con anterioridad habían realizado dos conciertos benéficos con la misma orquesta cuya finalidad era la recaudación de fondos para contribuir a la reconstrucción del Conservatorio Narciso Yepes de Lorca , destruido parcialmente como consecuencia del terremoto ocurrido hace dos años.
Desde que vi el concierto
en Youtube me pareció genial la conjunción de dos estilos de
música tan dispares. Hacía tiempo que me perseguía la idea de
comprar el CD, imaginaba que “algo” tendrían que hacer con ese
concierto, así que ayer (y no antes) me lancé a su búsqueda. Me
sorprendí al descubrir que fue precisamente ayer, y no antes, cuando
realizaron el lanzamiento en edición digital exclusivamente a través
de iTunes. ¿Casualidad? La vida es tan curiosa, a veces. Ya lo
decía Alphonse de Lamartine (escritor y poeta francés del periodo
romántico): “La casualidad nos da casi siempre lo que nunca se nos
hubiere ocurrido pedir”.
En esta época en que la
descarga pirata prima, estaría muy bien que los fans, incluso los que no
lo son tanto, lo adquiriesen legalmente (su precio audio + video, son
9.99€), puesto que todos los beneficios obtenidos por la venta se
utilizarán en la compra de material para las aulas del conservatorio, cuando la reapertura sea efectiva. También se puede
comprar, solo el audio, en la propia página del grupo aportando un
donativo (mínimo 1€).
La coincidencia en el tiempo de la edición del álbum con el aniversario del terremoto no es fortuita. Se trata de una llamada de atención ya que gran parte de las familias damnificadas aún no han recibido las ayudas prometidas por la administración; y por cierto el conservatorio, aún habiéndose aprobado los fondos públicos para su reconstrucción, sigue pendiente de la confirmación del proyecto arquitectónico y la fecha de comienzo de las obras. No ocurre lo mismo con muchos de los edificios del Patrimonio Histórico de la ciudad, cuyo propietario en su gran mayoría es la iglesia católica o instituciones religiosas. ¿Casualidad?

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