domingo, 8 de septiembre de 2013

Demasiado corazón

“Mantenía la cabeza fría y el corazón ardiente. Su cuello estaba estiradísimo por el esfuerzo” (Raúl Brasca)

¿Actuamos con la cabeza o lo hacemos con el corazón? A lo largo de nuestra vida tropezamos con este dilema una y otra vez. Llegar a la respuesta correcta, mejor dicho, a la que creemos que es la correcta, no es fácil. Ser racional o ser pasional. That´s the question.

Eso fue lo que pasó ayer por la noche. Se pensaba con el corazón; y no es malo hacerlo, a veces las vistas desde allí son increíbles, pero no esta vez. Había muchas esperanzas puestas en que Madrid fuera , a la tercera, ciudad olímpica. Una alegría en un océano de malas noticias. Pero seamos realistas; dada con la situación económica que atravesamos, la corrupción de toda índole, la clase política en tela de juicio, los casos de dopaje,...la tan traída y llevada “marca España” está más que deteriorada. Con esa mochila no ha podido ni el que tengamos el 80% de las infraestructuras construidas ni que seamos una gente divertida y acogedora ni la ilusión de miles de ciudadanos. Así pues, ¡felicitaciones a Tokyo!, mi preferida desde el principio, lo confieso. A ver si somos capaces de admitir la derrota, y no empezamos a lanzar improperios a diestro y siniestro; algo por cierto muy español también.

Espero que esos 1.500 millones de euros que ya no deberán ser empleados para el sueño olímpico se utilicen para llevar a cabo otros sueños de una sociedad ávida de soluciones a sus problemas cotidianos.


And now, have a relaxing beer anywhere. Mahou, of course!









4 comentarios:

  1. Yo, a riesgo de parecer una idelista fuera del mundo, haría la pregunta mítica que realmente debería guiar esta elección. Aunque me digas luego que todo es un negocio y los mil y un intereses que lo mueven. La pregunta es:

    ¿Encarnamos el espíritu olímpico?

    Y para responder estaría bien hacer el ejercicio de elevarnos por encima de nuestras cabezas y mirar a vista de pájaro lo que está pasando en nuestro país. Y, además, ser todo lo crudamente honestos que sea posible.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Difícil ejercicio el que propones. No hay más que ver los comentarios que se están sucediendo estos días, que se resume en: la culpa es de otros.

      Eliminar
  2. Lo que más me duele es el engaño al que nos ha sometido la prensa haciéndonos creer que realmente teníamos posibilidades. A mi me engañaron, lo reconozco. ¿Donde ha quedado la objetividad de los periodistas en este país?

    ResponderEliminar