viernes, 6 de julio de 2012

Castellers



Hoy me he despertado pensando en los castellers. Siempre me han atraído mucho. No sé de donde puede provenirme esta vena catalana, teniendo en cuenta que toda mi familia procede de Madrid o de Cáceres. Pero no solo por esto. Me encanta la Costa Brava. Me encanta el pan tumaca. Me encanta Dalí. Me encanta Barcelona, más que Madrid, y esto viniendo de una madrileña de generaciones es mucho decir. Aún me acuerdo cuando, no hace tanto, se lo comenté a un amigo, madrileño de pro....no lo entendía. Ya le respondí, “es así ¿qué pasa?”...los madrileños somos muy chulos, eso dicen.

Pero volviendo a los castellers. Admiro esa confianza ciega en el apoyo del otro. Cómo todos juntos hacen que la figura se sostenga, como la fuerza de todos hacen un uno, si uno falta el castell se desmorona. Confianza y unión. El saber que tienes una red que te sostiene.

Qué bueno es sentir que uno tiene un grupo de castellers, en los que confías y que confían, y que si caes, hacen de red para que el dolor de la caída sea minimizado. Y que cuando te levantas, vuelven a construir ese castell para que asciendas por él con seguridad renovada, pero sabiendo que si vuelves a caer, ahí estará esa red
Qué bueno es querer y sentirse querido....y qué poco lo decimos.


Como en un puzzle. Una pieza parece insignificante, pero sin ella el puzzle no tiene sentido. Todos somos una pieza en algún puzzle, no hay que olvidarlo.

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